Todos tenemos recuerdos inolvidables de las horas previas a un campamento de verano. Aquí os pasamos las diez que hemos recopilado hasta ahora…
- Abrir la cantimplora por primera vez, oler el plástico nuevo, estar loco por estrenarla y que tu madre te diga que hay que lavarla primero.
- Dar vueltas de farmacia en farmacia buscando el (carísimo) spray antimosquitos, que luego no te ibas a poner, porque no solo espantaba a los bichos.
- Probar mil y una maneras de marcar la ropa, el calzado, las toallas… y escuchar a tu padre decir: “da igual si lo va a perder todo como el año pasado”.
- Cerrar la mochila y ver que se te ha olvidado el pijama y tener que volver a hacerla de nuevo.
- Llenar el neceser hasta sobrepasar los límites conocidos de las cremalleras. Luego no había forma de volverlo a meterlo todo dentro.
- Suplicar que te dejen la cámara de fotos y, al final, llevarte una kodak de usar y tirar (esto es para los que fuimos a la EGB).
- Llamar por teléfono a los amig@s para saber qué ropa iban a llevar ellos y que luego tus padres llamasen por lo mismo a los padres de tus amigos.
- Jugar con la linterna la noche de antes en la cama porque no puedes dormir hasta gastar las pilas y no tener pilas de repuesto.
- El camino hacia el campamento escuchando la retahíla de prudencia y buenos comportamientos por enésima vez.
- Despedirte de tus padres sin saber que ellos estaban incluso más contentos que tú.
¿Se te ocurren más? ¿Podrías compartir algún recuerdo de la previa del campamento? ¡Anímate en las redes sociales!
